Buenas a todos, hay lesiones que parecen un chiste y hoy os voy a contar una que en un primer momento lo parece pero podría haber acabado muy mal.

Hace más de 20 años sufrí una lesión bastante extraña y complicada que se trata de romperte el hueso húmero, que de por sí es complicada la recuperación ya que no hay otro hueso que lo estabilice como podría ser el radio o el cubito en la parte baja. Resulta que estábamos haciendo una competencia de pulsos. Haber quien ganaba entre todos los amigos. Después de realizar 2 pulsos y ganar, me tocaba enfrentarme al chico con más envergadura y que me sacaba alrededor de 10 kg. Pues al iniciar el pulso nos mantuvimos en le medio haciendo fuerza los dos, poco a poco veía que cedía un poco y traté de empujar un poco con el cuerpo, al más puro estilo de la película Yo, el Halcón. Pues tras unos segundos se oyó un crack que todos lo presentes oyeron, como si rompes un hueso de pollo, pero era mi brazo.

INCIO DEL CALVARIO
Pues bueno, hasta aquí parece un video de YouTube, pero el caso que tras llegar al hospital con el brazo colgando y hacer radiografías, el pronostico no era muy halagüeño. Tenía una rotura en ala de mariposa en la parte baja del húmero, que consiste en una rotura del hueso en tres partes, así que aunque me pusieran el brazo en cabestrillo no iba a quedar bien. Tocaba operar.

LA OPERACIÓN
La operación consistía en poner una barra de titanio a través del húmero, atravesando el tuétano y anclar en la parte baja con dos tornillos unos centímetro por encima del codo. Parece fácil, pero no lo es. Después de operar se dieron cuenta que la barra de titanio que por la época no eran a medida, sino que tenían medidas estándar y al quedar un poco más larga no podía levantar casi el brazo del pinchazo interno que tenía. Pues nada otros tres meses y otra operación para serrar la parte saliente. 

LA RECUPERACION
La recuperación en sí consistía en la típica rehabilitación de movimiento y para desinflamar. Pero el tipo de fractura hizo que la cosa se alargara casi un año, para volver a operar y quitar finalmente el titanio, ya que al ser una persona joven y deportista había peligro que si volvía a tener un golpe el hueso se hiciera añicos ya que el titanio no hubiera permitido que se rompiera.

La Conclusión a todo esto es que el inicio de la lesión fue un juego que había jugado muchas veces pero ese día salió lo peor que puede salir. Aunque después del año el brazo ya había quedado recuperado por completo. A veces te toca la china y no queda otra que tirar adelante. Un saludo si has llegado hasta aquí!